viernes, 14 de junio de 2013

El “LORO” FERNANDEZ, UNA LEYENDA

  Wenceslao Nicolás Fernández, alías “el loro” que no sabe porque le pusieron ese apodo, pero que cree que puede ser la forma de caminar, y que lo porta él, y también su hermano “Rulo” que vive en la ciudad capital de la provincia. Que nos relata los sucesos de su niñez, desde los recuerdos más antiguos del viejo hogar, el despertar de la adolescencia, y el ambiente en el que se desarrolla su vida, junto a su familia, amigos, vecinos, y todos los que alguna vez irrumpieron en ese mundo y dejaron una huella, reviviendo hechos, incidentes propios conjugados con las anécdotas y retratos de los personajes que lo rodearon.  
  Un aniversario más del Club River sirvió de excusa para visitarlo en su domicilio, y lo entrevistamos para conocer que tanto sabe de la historia del club a donde jugó por espacio de una década. En la calidez de su casa, junto a su esposa que de esto también mucho guarda en su memoria, nos recibió muy amablemente, nos invitó a sentarnos, mate de por medio, el diario EL INDEPENDIENTE sobre la mesa como fuente informativa, un termo llenó, por las dudas la conversación se prolongara, tal como sucedió. Entre mate y mate ese “libro” guardado en su cabeza comenzó a recorrer las páginas de la historia deportiva que lo tuvo como protagonista. Ni siquiera hicieron falta las preguntas, fue como poner play y que la obra se muestre ante nuestros sentidos. Fernández inició su conversación contándonos que el 28 de septiembre cumplirá 81 años de vida, ya que nació en el ’32, que está jubilado, hace ya varias décadas, de conductor de máquinas del ferrocarril Gral Belgrano, y que hoy disfruta de la vida, y que es muy felíz junto a toda su familia, y que para no olvidarse que fue un hombre del riel, tiene su casa construida precisamente pegado a las vías, en el pasaje Catamarca (este), a metros del paso a nivel que une los dos extremos de los terrenos ferroviarios.
  Detectamos que posee aún una memoria prodigiosa que con lujos de detalles va narrando los momentos de su vida deportiva, diciendo “ … que tiempos lindos, aquellos de mi juventud; y más aún cuando afloran a la memoria reviviendo al grupo de muchachos, compañeros, amigos, -y lo subraya- muy amigos, amén de ser un gran equipo aquel que supe integrar en la década del ’50, y deserté en junio del ’59 cuando sufrí una lesión seria en uno de los tobillos, esto fue en el mes de junio. Conformábamos un equipo muy difícil de vencernos, y nos parecíamos un poco a lo que el Estudiantes de la Plata, con sistema de juego 1-3-3-4. Teníamos un fútbol ligero, rápido, tanto para defender como para atacar, yo solía jugar de dos, era defensor” – afirma -.
  Sirve otro mate, y la conversación prosigue mientras el agua del termo va perdiendo su calor, pero que importa, y dice “El fútbol me permitió cosechar muchas amistades aquí, en otros pueblos como Marayes (San Juan), Milagro, Olta, Candelaria y Quines (San Luis), y que con aquellos que aún viven de vez en cuando los veo y rememoramos aquellos tiempo”. Y como si fuese un gran cartel de promoción, orgulloso, señala “Chepes se hizo conocido en varios lugares por el Club River Plate, porque así lo llamaban y decían va o viene a jugar River de Chepes. Y lo más importante de todo es que la confraternidad que reinaba en la institución conformaba una gran familia”.
  Con toda la nostalgia a flor de piel hace trabajar su mente para acordarse de sus ex compañeros,  y que uno a uno fue nombrándolos, “Cocho” Pes, “Papa” Corzo, “Rulo Fernández (hermano), Latania, un jugador que después fue a jugar a Instituto de Córdoba, los hermanos Abdala, Abraham, “Chiche” y Aurelio, “Poroto” Nieto, Miguel Yalis, “Pupulo” Aguilar (a este exjugador lo considera como un extraordinario), también lo menciona a Arévalo, Germán Muñoz, y algunos otros muchachos que se fueron sumando, y “nos dirigía técnicamente el petiso “Panadero López junto a un Sr. Olpi (de profesión guarda de trenes), y todavía me sorprendo cuando me acuerdo que nuestros entrenamientos eran presenciado por gran cantidad de gente, que no sabíamos de donde salían, si en esos tiempos la población no era tanta, pero asistían desde los chicos, jóvenes y grandes que llenaban los costados de la cancha”.

  Fernández, nombra a quienes por aquel entonces estaban en la mesa directiva de la institución, y que fueron Don Abraham Abdala (padre), Andrés Héctor Nicolás Vega, Sadi “Chico” Saddi, Julio Caballero, y algunos que escapan a la recopilación. Nos comenta también “supimos jugar en la Liga Regional Chepense de Fútbol que se fundó en el año 1958, y que era presididapor el Dr. Ernesto Álvarez junto a Arrascoeta y Edgar Flores, donde intervenían los equipos del lugar (Rieles, Comercio, Belgrano y River), más Desiderio Tello.   

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